Mientras
estaba al servicio del duque Ai de Lu,
T´ien Jao, no contento con su baja posición, le dijo a
su amo: “voy a alejarme de aquí como un ganso”.-“¿Qué quieres decir con esto?”.
–preguntó el duque.
“¡ve al gallo!”, dijo
T´ien Jao como respuesta. “su cresta es el símbolo del civismo; sus
garras sugieren fuerza; su tenacidad para enfrentarse a cualquier enemigo
demuestra coraje; su instinto para invitar a otros siempre que hay comida
demuestra bondad; y, por último, su puntualidad en dar la hora durante la noche
nos da un ejemplo de veracidad.
A pesar, no obstante, de estas cinco virtudes,
al gallo se le mata a diario para llenar un plato sobre la mesa. ¿Por qué? La
razón es que está a nuestro alcance. Por otro lado, el ganso recorre en un solo
vuelo mil li. Estando en su jardín persigue a los peces y a las tortugas, y
picotea el mijo. Aunque no tiene ninguna de las cinco virtudes del gallo, usted
le aprecia por su escasez. Siendo así yo volaré lejos como un ganso.”