Nuestros dones

Es innegable que todos
poseemos dones en alguna medida, estamos
hechos a imagen de Dios-
 ¿alguna vez habremos reflexionado sobre los
alcances  de esa aseveración bíblica?- Parece  que no.

  
Muchas veces
renegamos de nuestra condición, de nuestra situación actual, de cualquier cosa
insignificante, los talentos que poseemos son inmensos y pocas veces les
sacamos el provecho para el cual nos fueron otorgados y cuando por alguna razón
utilizamos una mediana parte de ellos lo hacemos de manera egoísta, pensando en
demasía en nosotros mismos, haciendo una apología al “Yo”. 



La costumbre nos va
sumiendo en una rutina de egoísmo, de ensimismamiento y de alejamiento de la
solidaridad, de amor al prójimo, del servicio a los demás, hundiéndonos cada
vez más en la indiferencia más absoluta hacia las necesidades de nuestros
hermanos.


 Estamos en un tiempo en el que se le rinde
culto a la riqueza, al lujo, a la ostentación, en detrimento de la humildad, la
honestidad, el servicio, etc…



Observamos como personas muy pobres económicamente
exhiben una actitud de soberbia y de engreimiento, gastándose hasta lo que no
tienen para estar a la moda, creyendo que al practicar esas posturas serán tomadas
en cuenta por las personas acomodadas, otras con posiciones mas elevadas en la escalera social, ven con altivez y menosprecio a quienes son menos afortunados en peculio, exhibiendo sus costosos juguetes para causar admiración y obtener pleitesía. 



 Las personas con alguna influencia deberían
hacer uso de ésta aconsejando o dando opiniones  por cualquier medio, para ayudar un poco a las
personas que en el futuro serán las encargadas de la toma de decisiones. 



Si las
cosas no mejoran las decisiones del futuro serán tomadas por personas superficiales,
con mentes saturadas de ideas pueriles, encaminadas al ocio y la mediocridad.


Los dones personales además
de ayudarnos a salir  adelante deberán ser
utilizados para el servicio desinteresado a nuestros congéneres, haciéndolo sin
ostentación, con autentica humildad y sin interés de recibir nada a cambio.

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