En cierta ocasión, los lobos enviaron una embajada a
las ovejas, con el deseo que en adelante hubiera paz entre ellos. “¿Por qué
proseguir para siempre esta mortal lucha? -dijeron-. Aquellos malvados perros
son la causa de todo; nos ladran y nos provocan sin cesar. Echadlos, y ya no
habrá ningún obstáculo para que existan amistad y paz eternas.” Las necias
ovejas escucharon, los perros fueron despedidos, y el rebaño privado así de sus
mejores protectores, fue una presa fácil de su traicionero enemigo. ESOPO
las ovejas, con el deseo que en adelante hubiera paz entre ellos. “¿Por qué
proseguir para siempre esta mortal lucha? -dijeron-. Aquellos malvados perros
son la causa de todo; nos ladran y nos provocan sin cesar. Echadlos, y ya no
habrá ningún obstáculo para que existan amistad y paz eternas.” Las necias
ovejas escucharon, los perros fueron despedidos, y el rebaño privado así de sus
mejores protectores, fue una presa fácil de su traicionero enemigo. ESOPO